Cuando los niveles de ferritina en el organismo son elevados, pueden manifestarse diversos signos y síntomas. Estos signos pueden consistir en
Dolor de vientre: Las personas con niveles elevados de ferritina pueden experimentar molestias o malestar estomacal.
Molestias en el pecho o palpitaciones: Los niveles elevados de ferritina pueden crear molestias en el pecho o latidos cardíacos irregulares, dando lugar a palpitaciones.
Molestias articulares: Los grados elevados de ferritina pueden contribuir a molestias e hinchazón en las articulaciones.
Debilidad y fatiga inexplicables: Demasiada ferritina puede causar sentimientos constantes de debilidad y agotamiento, también sin causa perceptible.
Es esencial tener en cuenta que los altos grados de ferritina pueden ser una medida de problemas subyacentes. La hemocromatosis, un problema caracterizado por una acumulación extrema de hierro en el organismo, ferritina puede causar niveles elevados de ferritina. Además, una serie de otras condiciones clínicas puede dar lugar a altos niveles de ferritina, que consiste en:
Inflamación reumatoide de las articulaciones: Esta condición inflamatoria persistente puede causar dolor en las articulaciones, así como la inflamación, añadiendo a los niveles elevados de ferritina.
Afección hepática: Los daños hepáticos o enfermedades como la hepatitis pueden afectar al proceso metabólico de la ferritina y elevar los niveles de ferritina.
Hipertiroidismo: La hiperactividad de la tiroides puede interrumpir el metabolismo del hierro y elevar los niveles de ferritina.
Diabetes: Las personas con diabetes mellitus pueden experimentar niveles elevados de ferritina como resultado de los problemas metabólicos subyacentes relacionados con la enfermedad.
Enfermedad de Still: Esta afección inflamatoria inusual puede crear signos y síntomas sistémicos, incluidos niveles elevados de ferritina.
Leucemia y linfoma: Determinados tipos de cáncer de la sangre pueden elevar los niveles de ferritina.
Intoxicación por hierro: La ingesta accidental o deliberada de hierro en exceso puede provocar niveles tóxicos en el organismo, lo que da lugar a niveles elevados de ferritina.
Transfusiones de sangre regulares: Las personas que se someten regularmente a transfusiones de sangre, especialmente las que padecen talasemia o anemia falciforme, pueden desarrollar niveles elevados de ferritina como consecuencia del contenido de hierro en la sangre transfundida.
Por último, los altos grados de ferritina pueden tener diferentes síntomas, que consisten en molestias en el vientre, molestias en la parte superior del cuerpo o palpitaciones del corazón, dolor en las articulaciones, y también debilidad inexplicable y fatiga. La identificación de la causa subyacente de los niveles elevados de ferritina es esencial para ofrecer un tratamiento médico adecuado. Si usted experimenta alguno de estos síntomas o niveles altos de ferritina sospechosos, se sugiere hablar con un especialista de la salud para un examen más profundo, así como asesoramiento.

